¿Volver a los móviles «tontos»?

Últimamente veo cada vez más movimiento a mi alrededor acerca de volver a los móviles de antes, o más bien de dejar de utilizar smartphones para pasar a tener un dispositivo de comunicación y multimedia básico. Una de las principales razones que leo para dar este paso es intentar evitar el doomscrolling. Quizá sea sesgo por estar suscrito a varios subreddits sobre el tema.

Sí que tengo claro que esto no va a pasar, al menos no de forma definitiva, por sacar del cajón tu móvil de hace 15 años y volver a utilizarlo como entonces. Incluso ignorando las plataformas antiguas con funcionalidades que requieren servicios que ya no funcionan, navegadores obsoletos, ausencia de certificados o soporte a protocolos de seguridad que permitan movernos por Internet de forma segura… hay algunos aspectos clave que no podemos ignorar.

La realidad es tozuda. En 2024 vivir sin un smartphone puede ser más complicado de la cuenta y, personalmente, no tengo claro si merece la pena renunciar a todo para volver a comunicarme como si esto fuera 2005. Al menos no tengo claro si me merece la pena a mí. Pero la idea me seduce, aunque sea por puro bucolismo o por pura nostalgia, y estoy seguro de que al menos alguna vez en el pasado he verbalizado las palabras «voy a recuperar mi viejo SonyEriccson y que le den mucho por saco a todo».

Aviso: voy a usar la palabra dumbphone de manera indistinta a feature phone o móvil básico, y me refiero exclusivamente a los teléfonos que no son smartphones, al menos no como conocemos hoy los smartphones. Cualquier móvil con Symbian, añado, entra en esta categoría.

Los móviles antiguos no están pensados para las redes de hoy

Cualquier dumbphone que saquemos del cajón no tiene 4G. Y esto es importante no porque estemos preparados para usar un Internet más lento, sino porque en España hay operadores que están en pleno proceso de apagado de sus redes anteriores. El 3G va a desaparecer a muy corto plazo (en el caso de España hablamos de 2025 en el caso de la red de Movistar y Vodafone ya ha empezado, desatando el caos entre los usuarios de Lowi y Fi Network hasta que estas han habilitado el VoLTE) y en ciertos países incluso el 2G se está apagando ya o va a ser apagado muy pronto.

Las redes más modernas son más eficaces y eficientes en muchos términos, y es obvio que los operadores están adoptándolas al ritmo que buenamente pueden. Y esto significa que tu viejo Nokia N95, pese a ser un dispositivo que en su momento era impresionante, se va a quedar sin conexión celular en no demasiado tiempo. Será un dispositivo estupendo para trastear, para curiosear y para exponer… pero no para utilizar.

Nuestras costumbres se han construido alrededor de las nuevas formas de socializar

Buena suerte viviendo sin WhatsApp en España. Es la aplicación que tiene todo el mundo, es lo que se usa por defecto para comunicarse en gran parte del país y salvo que formes parte de ciertos grupos de nicho y no necesites salir de ellos es muy probable que termines pasando por el aro, aun odiando activamente el producto o su empresa propietaria.

Hay móviles básicos que tienen WhatsApp, sí. Por ejemplo muchos con una versión antigua de KaiOS (no con las versiones más modernas), y a lo largo de la historia hemos visto clientes de este servicio en muchas plataformas (Symbian, S40, BlackBerry OS, Windows Phone).

Pero todas estas son plataformas abandonadas, y en el cada vez más remoto caso de que puedas instalar la aplicación de alguna forma, iniciar tu sesión en ella y utilizarla, no vas a poder disfrutar nunca de todas las funcionalidades que han ido introduciendo, como las llamadas de voz o de vídeo.

¿Hay sitio para un punto intermedio? ¿Merece la pena?

Incluso dejando aparte campañas publicitarias como esta de Heineken, que apela directamente al volver a la socialización cara a cara en vez de a la socialización a través de redes, creo que sí que hay cierto sitio para nuevas generaciones de móviles básicos, y no solo para móviles de diseño como el Punkt MP021 ni para móviles orientados a personas mayores2.

La telefonía móvil en general se ha vuelto aburrida y el mercado está plagado de baldosines de cristal que tocas y hacen cosas, y este es un modelo activamente evitado por muchas personas. Hace poco por ejemplo vi un crowdfunding para el primer móvil de The Minimal Company, un dispositivo que tenía el form factor de una BlackBerry pero ejecutaba una versión de Android con una interfaz extremadamente simple, basada en texto, y con una pantalla de tinta electrónica.

Este compromiso me parece interesante, por ejemplo: eliminas prácticamente todo lo multimedia (que sin colores y con la frecuencia de refresco de una pantalla resulta poco atractivo), pero no renuncias a las herramientas de comunicación del año 2024. Puedes tener Google Maps, tu correo, tu chat, pero no tienes incentivos para hacer doomscrolling en TikTok.

Pero claro, aquí entra en juego también que no sé cuánta gente estará interesada en este móvil y que no sé cuánto podrán aprovecharse de las ventajas de la economía de escala, por lo que su precio no tiene por qué ser barato, y vuelve a entrar en el terreno de precio de los móviles de diseño como el Mudita Pure, un móvil que busca activamente no tener Internet y que te lo ofrece por 309€.

Lo que no sé es, ya hablando más de mi uso de la tecnología, si me merecería la pena hacer siquiera el experimento.

Foto de Eirik Solheim en Unsplash


  1. Esto incluso sin entrar a valorar su precio de 349 francos suizos, totalmente fuera del alcance de muchas personas, que hace que sus opciones como dispositivo secundario sean residuales y que sin duda hacen que sea un teléfono para un público muy determinado (y de ahí su precio, claro). ↩︎
  2. Otro tema es que los móviles de botones no son más sencillos de usar por personas mayores, y de esta burra no me apeo. Ya desarrollaré esta idea en otra nota. ↩︎

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Comentarios

Una respuesta a «¿Volver a los móviles «tontos»?»

  1. Avatar de Adrián Perales
    Adrián Perales

    Creo que los smartphones han supuesto un cambio para las reglas del juego en que, por más filosóficos que nos pongamos, es difícil salir. Por comodidad o por exigencias externas. La única alternativa que se me ocurre es un smartphone con teclado tipo Blackberry, con una pantalla no tan grande… pero sigue siendo un smartphone.

    Me quedo con la idea base de volver a un móvil con un paradigma anterior y pienso que tendría que cargar con un reproductor MP3, una cámara compacta y, quizá, libreta y boli para apuntar eventos y tareas. Además, hay bancos que exigen una app móvil para identificarse, sin contar el mencionado aislamiento social si se prescinde de WhatsApp (y mira que me gustaría por la naturaleza del servicio). Ni hablar de mi pésima orientación: lloraría fuerte sin un GPS.

    Un texto muy interesante. Gracias.

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