«Una estafa llamada TDT» Sí, pero no tiene nada que ver con lo que estás hablando

Me voy a permitir el lujo de responder desde mi propia bitácora al gran Javier Pérez de Albéniz, que ha publicado en su blog «El Descodificador» el post «Una estafa llamada TDT». Hacía tiempo que no hacía este tipo de cosas, pero creo que la ocasión lo merece. Imagen por Ricardo Reis.

Antenas

Cuarta generación móvil… ¡Guau! No tengo ni puta idea de qué es la “cuarta generación móvil”, pero no hace falta ser ningún genio para imaginar las ventajas que reportará al telespectador: ninguna.

Tengo que reconocer que estoy de acuerdo con ciertos aspectos del post del señor Pérez de Albéniz, pero se da la circunstancia de que ya en el segundo post reconoce:

  1. No tener, palabras textuales, ni puta idea de qué va el asunto, y
  2. velar únicamente por los intereses de los telespectadores, por encima del resto de los ciudadanos.

Vamos por partes. Esa «cuarta generación móvil» es ese tipo de redes de las que en España ya hay pruebas piloto. Tecnologías tales como WiMax (presente en algunas zonas a nivel local para ofrecer banda «ancha» de manera inalámbrica) o LTE (tecnología elegida para la transmisión de las redes de esta cuarta generación, que abreviaré como 4G) son las que ocuparán las zonas del espectro electromagnético que serán liberadas con el dividendo digital. Estas redes tendrán, como fundamental ventaja, la transmisión de datos a mayor velocidad a dispositivos móviles. Lo he simplificado mucho porque no es el objetivo de este artículo hacer un ensayo exhaustivo sobre Long Term Evolution.

De lo que el señor parece quejarse es de que se hace «para meter mano al bolsillo del ciudadano», y ahí no puedo estar de acuerdo con él. Porque reubicar las señales de televisión para hacer hueco al LTE no es para otra cosa que para facilitar la evolución de las telecomunicaciones de las que todos nos beneficiamos. Señor Pérez de Albéniz, ¿tiene usted teléfono móvil? ¿Ordenador con conexión a Internet? Otra de las quejas que tiene es la posible eliminación de nueve canales, pero luego abordaremos eso.

Han existido muchos fallos en la planificación de la transición a la televisión digital, no podemos negarlo. Y uno de ellos es establecer en esas bandas las señales multiplexadas de los canales que se emiten a nivel nacional. En un principio el Gobierno (por aquel entonces si no recuerdo mal todavía gobernaba Rodríguez Zapatero) iba a asumir la reantenización de las comunidades en este caso; el gobierno de Mariano Rajoy dijo que nanay, que ese gasto lo asumiera cada comunidad o cada vivienda. Segundo error.

Por otra parte, la TDT no ha traído más que ventajas. Mejor calidad de imagen, la emisión de programas de TVE en alta definición (y del fútbol de laSexta; lo de Telecinco, Cuatro y Antena 3 no lo llamo HD), radio a través de la televisión, nuevos canales (que podrán ser de nuestro agrado o no), múltiples idiomas (¡sí, pruebe a pulsar ese botón que dice «Audio» o «Lang» en el mando de su televisor o su sintonizador de TDT, y verá como puede disfrutar de mucho contenido en versión original!)… pero sobre todo lo que ha traído es un mejor aprovechamiento del espectro radioeléctrico, que en ningún caso es infinito. Tiene sus inconvenientes, sí, pero todos ellos subsanables.

El señor Pérez de Albéniz se queja también de la aparición de telepredicadores, videntes y teletiendas en la parrilla televisiva. ¿No existían acaso en la era de la televisión analógica? ¿Quién no recuerda el mítico Canal 47? Por favor, no me haga reír. De todos modos reconozco rastrera la jugada de camuflar durante mucho tiempo las teletiendas como «servicios adicionales», emitiendo anuncios con un bitrate penoso en lugar de impulsar la interactividad, otro de los mitos que nos vendieron con la TDT.

Ya por último, esos posibles 9 canales que pueden desaparecer. Eso perjudica al televidente. Ahí sí estoy de acuerdo con usted. Pero no diga nada del 4G porque las tecnologías van a seguir evolucionando, y quien quiera seguir anclado al pasado se acabará cayendo del carro.