Una cosa al día

19/11/2025

Alguna vez lo he comentado, vivo solo en una casa. Y, como nos pasará a todos, hay muchas veces que la casa se me echa encima. Además, en mi caso concreto, como trabajo desde casa, al final paso la práctica totalidad de mi tiempo entre mis paredes.

Una cosa que estoy empezando a poner en prácticas para intentar que no se me vaya todo de las manos y de sentirme un poco mejor con el tiempo que le dedico a mi entorno es hacer una cosa al día. Prefiero eso a dedicar varias horas los fines de semana. Que hay cosas que se tienen que hacer prácticamente cada día, por supuesto, como limpiar el inodoro, fregar platos y recoger lo que se haya caído, así como lavar la ropa y demás. Pero hay otras muchas cosas que se tienen que hacer también y que muchas veces tiendo a dejarlas pasar y, cuando me quiero dar cuenta, ya me las he dejado ir y tengo que hacerlas de mala gana.

Haciendo una cosa al día voy pudiendo ponerlo todo en orden sin apenas dedicarle esfuerzo. Un día limpio el filtro de la lavadora y, de rebote, aprovecho para limpiar el cajetín del detergente. Otro día le echo lubricante a las cerraduras, al siguiente limpio a fondo las gomas de la nevera, otro le doy caña a los depósitos de la cafetera. Esta noche a lo mejor aprovecho para limpiar el cargador del cepillo de dientes, que siempre se acumula roña.

Entendéis el tipo de tareas a las que me refiero: las cosas que no son grandes y a las que no les prestamos atención, pero que cuando se acumulan se hacen bola. Y no digo que esto sea una técnica revolucionaria ni infalible. Digo que es la que a mí me está funcionando. Intentar crear y mantener un hábito me cuesta menos que pegarme la paliza los fines de semana.

Foto de Evgeniy Smersh en Unsplash

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