⍟ Siempre pasan cosas

11/11/2025

Una frase que he escuchado mucho y uno de los argumentos que muchos tienen para irse del rural a una ciudad es que en las ciudades “pasan cosas”. Hay conciertos, hay obras de teatro, puedes salir a la calle y ver gente. Incluso a veces enciendes la televisión y en el telediario hablan de tu barrio o sale un sitio por el que paseas (por algo bueno o por algún suceso). A mí me pasaba mucho: viví unos años en el centro de Madrid y era habitual reconocer alguna parte de mi antiguo barrio en alguna serie de TV o algo así.

Ahora vivo en mi pueblo. Y es cierto que es habitual ir por la calle de noche y no cruzarte con nadie, o salir de paseo por las callejas y no cruzarte con nadie. Solo hay uno o dos bares (dependiendo del día), no hay conciertos todas las semanas, no hay obras de teatro, y es raro que hablen de nosotros en ninguna parte. Y sin embargo aquí también pasan cosas. Solo hay que tener los ojos y los oídos abiertos, porque no pasan a la misma escala.

Es cierto que es muy raro que vayas a cruzarte con un famoso por la calle o que vayas a ver una persecución de coches. Pero a lo mejor te fijas en que esas ovejas han tenido borreguitos o en que están pasando pájaros distintos todo el rato por encima de tu cabeza. Puede que te cruces con un insecto que no sueles ver, o que te lo encuentres en casa. También puede que te apetezca aprender a bordar con tus vecinas o que haya unos chavales que se empiecen a juntar para tocar algunas canciones, con lo que tengan a mano.

Es más que necesaria una mirada abierta y apreciativa para poder experimentarlo, claro. Porque evidentemente la intensidad de los estímulos es la que es. Reconozco que cuando volví al pueblo, hace ya más de cinco años, me costó un poco adaptarme porque estaba acostumbrado a que todo el rato pasaran cosas a mi alrededor. Pero es algo que se aprende.

Dos lecturas en este sentido que puedo recomendar: El Calendario de la Naturaleza, de Joaquín Araújo, y Niadela, de Beatriz Montañez. Este último libro me llegó en un momento perfecto de mi vida, recién independizado y, salvando las distancias, aprendiendo a relacionarme con mi entorno de una forma totalmente distinta.

Al final pasan cosas en todos lados. Solo hace falta mirarlas con atención.

Posts relacionados