⍟ El pudor
09/09/2025
Estar presente en el mundo requiere despojarse de parte del pudor, de la barrera que ponemos entre los demás individuos (y de la sociedad en su conjunto) y nuestra vida privada. Y, cuanto más pública y amplia es la presencia, más hay que modular y en muchas ocasiones reducir nuestra vergüenza. A la hora de mostrar nuestro rostro o nuestro cuerpo vestido con determinada ropa, a la hora de hablar, a la hora de expresar determinadas ideas. Y esto aplica también al mundo digital.
Estar en redes sociales o tener un blog también requiere perder al menos un poquito de nuestro pudor. Siempre podemos elegir cuánto decidimos contar y cuánto decidimos enseñar, pero el mero hecho de tener una especie de avatar que lee, habla y responde ya es abrir al mundo un poquito de nuestra persona. Y da igual cuánto queramos fingir y cuánto queramos ocultar: siempre hay cosas que acaban permeando.
Ahora está de moda no publicar nada que permanezca (y llega a ser casi contracultural tener un blog, poner publicaciones en Instagram en vez de historias autodestructivas, o incluso enviar fotos sin caducidad a través de tu sistema de mensajería preferido). Hoy pienso en esto y me parece increíble que en 2008 saliéramos de fiesta con la cámara digital un viernes, saliéramos un sábado… y el domingo publicáramos todas las fotos en Tuenti. Todas. Sin filtrarlas, dando igual la cara de las personas que aparezcan, dando igual la actitud o lo que se vea de fondo. Aunque Tuenti no dejaba de ser un sitio mínimamente privado, algunos teníamos redes de varios cientos de personas que a lo mejor no tenían por qué ver lo que hice el sábado por la noche. Y todo esto, además, incluso siendo menores de edad.
Los jóvenes de hoy por suerte tienen un poco más de sentido del pudor y del recato en este sentido, quizá moviendo sus comunicaciones a espacios más privados. Pero no deja de parecerme ligeramente triste que, de paso, muchos han renunciado a tener un espacio de expresión libre como puede ser, precisamente, este blog.
En general creo que es sano tener pudor. Online y en la vida real. Es sano tener determinados secretos, es sano no mostrarlo todo en todos lados, y es sano separar esferas en nuestra vida (nuestra vida personal de nuestra vida profesional, nuestro círculo de amigos de nuestra vida familiar…). Pero también es sano tener espacios públicos o semipúblicos, donde sea, donde podamos expresarnos sin miedo, contar lo que queramos contar y enseñar lo que queramos enseñar. Siempre con conciencia y consciencia, sin ser nada de lo que arrepentirnos en el futuro, pero tener la posibilidad de hacerlo.