⍟ La bola 53
14/05/2025
Hace poco me dio un pequeño capricho: me compré un bingo. De pequeño siempre tenía un bingo a mano; luego fui creciendo, me mudé varias veces y dejé de tenerlo, pero en ocasiones me he encontrado en situaciones en las que podríamos haber jugado un poco y no teníamos ninguno a mano.
Y he decidido comprarme uno porque últimamente nos juntamos muchos en mi casa y no tengo juegos de mesa para más de 8 personas (aparte de la edición fiestera del Exploding Kittens, que nos resulta incómoda de jugar, y del Party, juego que detesto, la verdad).
Me hice con uno de Cayro bastante apañado, que no tiene bombo al uso, sino que es una especie de bote con una tapa que levantas y va sacando las bolas de una en una. Además el propio bote sirve para guardar las bolas. Ocupa muy poco sitio y es bastante apañado, la verdad.
Cuál fue mi sorpresa cuando vi que el bingo estaba perfecto, completo… salvo la bola 53. Cualquiera podría pensar que alguien había perdido la bola de su bingo, así que decidió comprar otro, quitarle esa bola y devolverlo; escribí al vendedor para asegurarme pero me juró y perjuró que el bingo era nuevo. No tengo más razones para dudar de ellos, y me daba mucha rabia devolver el bingo solo por esto. Yo estaba dispuesto, la verdad, a cambiar los cartones que tuvieran el 53 por cualquier otro número. Pero al final no ha sido necesario.
El asunto quedó cerrado cuando me dio por escribir al formulario para pedir piezas de repuesto que Cayro tiene a disposición de todos en su Web. Me respondieron tras muy pocas horas y me enviaron una bola suelta en un sobre, por Correos, sin coste alguno para mí. La solución fue perfecta y ahora tengo mi juego perfecto y listo para jugar por primera vez. A ver cuándo hacemos la próxima juntanza.
Total: que Cayro es una marca muy recomendable para juegos de mesa clásicos y no tan clásicos.