⍟ No sé qué hacer con el armario

04/05/2025

No tenía pensado que llegara el día en el que hablaría del tiempo en mi blog personal. Es cierto que es un tema muy socorrido para hacer small talk y que en realidad, sí, podría haberlo usado varias veces durante este año. Pero no era necesario. Hay gente que habla más y mejor sobre el tiempo y sobre el clima.

Sobre lo que sí puedo hablar, y estoy seguro de que muches podréis coincidir conmigo, es sobre mi armario. Particularmente sobre que no tengo ni puñetera idea de qué hacer con la ropa que tengo a mano. Soy extremeño y, por tanto, el entretiempo aquí solían ser apenas dos o tres semanas entre el verano y el invierno. Pasamos del abrigo y los calcetines de pelito a las calzonas1 y las camisetas de manga corta. Pasamos del frío a un poco de lluvia, luego a la alergia, y luego ya al calor. Es como recuerdo que ha sido siempre (aunque tengo mis sesgos y mis experiencias).

De hecho es que recuerdo cenar al aire libre viendo la final de Eurovisión, lo que ya debería señalizar el calor que otros años he sentido por esta época. Y, qué narices, el fin de semana pasado estuve de romería2 y tuvimos que montar un tenderete y ponernos protección porque hacía un sol maravilloso y un aire estupendo, primaveral y que hizo que algunos nos diéramos al Utabon.

Y la cuestión es que este año no consigo gestionar mi armario de ninguna de las maneras. Escribo esto un 4 de mayo en el que han llovido, según el pluviómetro que tengo en el patio3, 13,8 litros de agua por metro cuadrado, y ha hecho un viento extremadamente desagradable. Una cosa es que no estemos hechos de azúcar4, como dicen los alemanes. Otra cosa es que estemos volviendo a sacar los chaquetones gordos y los paraguas grandes, porque no solo es que caigan tremendos chaparrones, sino que también hace un viento de impresión que hace que llevar paraguas sea prácticamente inútil.

Cada vez que intento organizar mi armario para quitarme de en medio los jerséis gruesos o el abrigo del perchero que me ocupa medio pasillo va el clima y vuelve a traer una tormenta de esas que tienen nombre propio y que tiñen de amarillo el mapa de avisos de la AEMET. Y, mirad, yo ya no sé qué hacer, así que me rindo y voy a dejar el armario tal como lo tengo ahora, y en un mes reevaluaré la situación y veré a ver qué hago.

Lo peor es que, con la suerte que tengo, seguro que en menos de un mes vamos a pasar del frío y el viento a, directamente, el calor y el tiempo de piscina (y la piscina del pueblo estará, por supuesto, cerrada). Y cambiaremos directamente los pantalones gordos de algodón y microfibra por los bañadores con redecilla5 y las camisetas interiores por… bueno, camisetas de tirantes, aquí no hay tanto cambio.

¿Qué estáis haciendo vosotros estos días con respecto a la ropa? Contadme.

Perdón por las notas al pie, por cierto. Hoy tengo el día así.


  1. Decimos “calzonas” si son elásticas y sin bragueta. Pensad en lo que se pondría un jugador de fútbol. Para ese caso, nada de pantalón corto. Cal-zo-nas. ↩︎

  2. Un plan que implique ir al campo a tomar el solecito (y el aire y la sombra), picotear algo y tomar unas cosas fresquitas me parece, en todo caso, un planazo. ↩︎

  3. El de Netatmo. Tengo también la estación meteorológica. El link es afiliado de Amazon. ↩︎

  4. Wir sind ja nicht aus Zucker. Literal: no estamos hechos de azúcar, no nos derretimos con el agua. Me hace recordar aquel mapache al que se le disuelve el algodón cuando va a lavarlo↩︎

  5. Y, recordad, estos se llevan siempre siempre sin calzoncillos↩︎