El regaliz negro es el más incomprendido

Todos, cuando entramos en una tienda de golosinas, somos como niños pequeños en… bueno, en tiendas de golosinas. Ositos de gominola, dentaduras, coca-colas, dedos ácidos, lenguas recubiertas de azúcar, palotes, y hasta regalices de mil colores y texturas. Pero por lo que se ve, el negro no es un color.

Hay regaliz negro normal (las típicas torcidas de Haribo). Hay regaliz negro fuerte. Y luego está el regaliz del norte de Europa, que muchas veces no tiene ningún tipo de edulcorante y, por tanto, tiene un sabor extremadamente intenso y puro (y que resulta, incluso, salado: salmiakki lo llaman). Y el caso es que ni una ni dos personas me han dicho que el mero aroma del regaliz negro le provoca verdaderas arcadas. Incluso del regaliz más normal o aromatizado/saborizado con otros ingredientes.

En el norte de Europa hay verdadera devoción por el regaliz, y lo ponen hasta en el helado. Pero en España el regaliz negro es la gominola incomprendida. La que nadie quiere, y la que encontramos más rancia en las tiendas de golosinas porque nunca terminan la caja. Pero no os preocupéis: yo me como los que dejéis vosotros. Mientras tanto iré probando todos los tipos de regaliz que vaya teniendo debajo de las narices.

Imagen | Poppy