El encanto de lo físico

Soy una persona que ha tenido de siempre muchos problemas a la hora de despertarse. Me he tirado toda mi adolescencia y lo que llevo de adultez buscando formas para despertarme de la manera más eficaz y menos molesta posible. Y hasta ahora* nada me ha funcionado. Hasta que me he hecho con la solución más obvia y evidente: un despertador. (*Ahora: hace ya unos meses en realidad)

Ni móvil, ni altavoz inteligente, ni reloj que vibra, ni gente que me llame por teléfono. Nada funcionaba. Hablo dormido para apagar el altavoz, el reloj lo apago con la nariz, mi móvil suele estar en silencio por lo que las llamadas no funcionan, el móvil lo sé apagar también estando dormido. Ni las apps aquellas que te proponían problemas matemáticos y seguían sonando mientras no los resolvieras funcionaban.

Es más: duermo con las persianas subidas porque si duermo con ellas bajadas me despierto desconcertado por no saber qué hora es. Esto hace que estos despertadores que te simulan un amanecer o te encienden las luces tampoco sean adecuados para mí: literalmente me amanece en los ojos (y menos mal, porque si no a saber a qué hora me despertaría yo).

Sin embargo un despertador físico, a pesar de que se apaga de una forma mucho más sencilla, se apaga de una forma evidente y táctil (literalmente en mi caso es un interruptor en la parte superior, aunque un poco rígido). Y creo que el acto de apagar el despertador y no de silenciarlo durante nueve minutos me manda la señal necesaria para decir “venga, Manu, es hora de ponerse en marcha”. Si lo silencio me siento tentado de quedarme en la cama remoloneando, y tampoco es plan.

De momento, eso sí, este despertador se complementa con más alarmas en el móvil, porque todavía me da un poco de miedo quedarme dormido. Tengo suerte de tener de momento un horario bastante flexible. Me queda mucho trabajo todavía para adaptar mi ritmo de sueño y las fechas que se avecinan no son las más adecuadas para ello, pero creo que el camino es el correcto.

Por si alguien tiene curiosidad: mi despertador ahora mismo es este modelo de Braun (el de la imagen superior; el link va con etiqueta de afiliado). Me parece estéticamente bonito, me flipa que sea redondo y que no tenga cosas raras alrededor, y tiene un detalle extra: además de ponerse en hora automáticamente usando la señal de radio DCF77 tiene un botón que permite poner la hora manualmente. Esto es importante y no lo tienen todos los relojes radiocontrolados. (En otro momento voy a hablar de esta señal de radio en concreto y por qué me gusta que aún exista)


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Comentarios

Una respuesta a «El encanto de lo físico»

  1. […] Esto está relacionado con lo que comenté hace unos días: con el encanto del objeto físico más allá de ser un tchotchke. […]

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