Recientemente y gracias a que ahora dispongo de espacio físico para ello me ha dado por comenzar una nueva afición. Voy a usar la palabra microjardinería para mencionarla porque suena grande y compleja, pero en realidad es lo que ha hecho medio mundo toda la vida: tener macetas con flores. Ya veis qué cosa.
La cosa es que buscaba una afición que poder hacer tranquilamente en casa, que no me robara tiempo y que diera algún tipo de fruto que pudiera admirar. Y esta literalmente va de sembrar flores, esperar a que crezcan, ocuparse de que no se sequen ni se las coma nadie, y quitar las malas hierbas si salen (que saldrán, claro).
Aunque esto requiere paciencia, porque las flores crecen cuando crecen. Y la paciencia es algo que en general siempre me ha faltado. Me va a venir bien para cultivarla. Nunca mejor dicho, claro.
Toda la vida me he criado con flores de todo tipo alrededor, cuidadas con muchísimo mimo. No sé si yo seré capaz de mimar tanto las flores que están naciendo en mi patio, pero yo, con que me aguanten más de un año, ya me doy por más que satisfecho.
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