¿Por qué hay quien se empeña en ver dos bandos? Todos estamos remando en el mismo barco y deberíamos hacerlo en la misma dirección, sin necesidad de mojar al que va a nuestro lado. No sacamos nada bueno de hundir al semejante: todos podemos conseguir lo que nos apetezca sin necesidad de, ni siquiera, presumir de ello.