#72

Estos días de atrás los vecinos de mi calle barrimos la calle porque iban a pasar por ella Cristo y su madre (esto es una referencia de una canción de la comarca de Tierra del Pan; más info en mi blog sobre música folk).

Barrer la calle es una de esas tareas sisíficas a las que es fácil no verles el sentido («¿por qué voy a barrer la calle si va a llenarse de mierda en un rato?»). En el caso de la procesión del Corpus es particularmente irónico: barro la calle para que me la llenen de pétalos de flores.

Nuestra vida está llena de tareas sisíficas y nuestra mera existencia y presencia en sociedad se basa en ellas (y muchas de nuestras rutinas se basan, precisamente, en hacer tiempo para estas tareas diarias que nunca terminan).

Ducharse para estar sucio en un rato (sobre todo en verano que no hacemos nada más que sudar), hacer la cama para deshacerla por la noche…

Sin embargo nada nos quita el gustito que da meterse en una cama con las sábanas fresquitas y bien estiradas. Y desde luego la alternativa a dejar de lavar la ropa y de ducharnos es ir por el mundo apestando. No me parece en absoluto deseable. Estas tareas son un acto de resistencia ante un destino de otra manera inevitable.


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